Gracias a muchos estudios y miles de pacientes, los investigadores han descubierto ciertas variables que desempeñan un papel importante en las probabilidades de que una persona padezca una enfermedad cardiovascular. Estas variables se denominan «factores de riesgo». En años recientes, los investigadores han descubierto que algunos de estos factores de riesgo cardiovascular se presentan juntos en ciertas personas. Esta conjunción de factores de riesgo se denomina «síndrome metabólico». El síndrome metabólico también se denomina «síndrome de Reaven», «síndrome de resistencia a la insulina» o «síndrome metabólico X».
Las personas con síndrome metabólico tienen una conjunción de los siguientes factores de riesgo:
- Obesidad central, es decir, un exceso de grasa en la zona abdominal
- Diabetes o dificultad para digerir un tipo de azúcar denominado «glucosa» (intolerancia a la glucosa)
- Niveles elevados de triglicéridos y niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL o «colesterol bueno») en la sangre
- Presión arterial alta (hipertensión arterial)
Todavía hay mucho que aprender sobre el síndrome metabólico, pero lo que sí se sabe es que la gente con síndrome metabólico tiene un mayor riesgo de sufrir un infarto o una enfermedad arterial coronaria.
¿Cuál es la causa del síndrome metabólico?
Los investigadores creen que el síndrome metabólico es una enfermedad genética, es decir, que se transmite en los genes de una familia, de una generación a la siguiente. Sin embargo, en general los médicos no entienden completamente por qué se produce el síndrome metabólico.
En las personas que padecen de enfermedades que se caracterizan por la resistencia a la insulina, tales como la diabetes y la hiperinsulinemia, son mayores las probabilidades de tener síndrome metabólico. La diabetes es una enfermedad en la que el organismo no puede producir ni responder bien a la hormona insulina. La hiperinsulinemia es una enfermedad en la que se bombean grandes cantidades de insulina a la corriente sanguínea.
Normalmente, el páncreas libera insulina cuando uno come ciertos alimentos. La insulina es una hormona que ayuda a las células del organismo a aceptar el azúcar (glucosa) que les da energía. Si las células se vuelven resistentes a la insulina, se necesita más insulina para que la glucosa penetre en las células. Por consiguiente, el organismo produce más insulina, la cual es bombeada a la corriente sanguínea.
Cuando hay mucha insulina en la corriente sanguínea se aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, porque la insulina:
- Eleva los niveles de triglicéridos.
- Reduce los niveles de lipoproteínas de alta densidad (HDL o «colesterol bueno»).
- Eleva los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL o «colesterol malo»).
- Hace más difícil que el organismo elimine las grasas de la sangre después de comer.
- Eleva la presión arterial.
- Aumenta la capacidad de coagulación de la sangre.
Tanto como un 10 a un 30 por ciento de estadounidenses tiene algún grado de resistencia a la insulina.
¿Cuáles son los signos del síndrome metabólico?
Los pacientes con síndrome metabólico no sienten ningún síntoma. Pero hay signos que pueden indicar a los médicos un diagnóstico de síndrome metabólico. Los médicos buscarán una conjunción de los siguientes factores:
- Obesidad central, es decir, un exceso de grasa en la zona abdominal.
- Dificultad para digerir un tipo de azúcar denominado «glucosa» (intolerancia a la glucosa). Los pacientes con síndrome metabólico generalmente tienen hiperinsulinemia o diabetes tipo 2.
- Niveles elevados de lipoproteínas de baja densidad (LDL o «colesterol malo») y triglicéridos en la sangre.
- Niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL o «colesterol bueno») en la sangre.
- Presión arterial alta (hipertensión arterial).
¿Cómo se diagnostica el síndrome metabólico?
Los médicos pueden revisar los niveles de colesterol HDL y triglicéridos, la presión arterial y el peso corporal, que son signos de advertencia del síndrome metabólico. También pueden realizarse análisis de sangre para medir los niveles de glucosa e insulina en la sangre.
¿Cómo se trata el síndrome metabólico?
El tratamiento del síndrome metabólico consiste en tratar las otras enfermedades subyacentes. Por consiguiente, si el paciente tiene diabetes, hiperinsulinemia, niveles elevados de colesterol o presión arterial alta, debe estar bajo el cuidado de un médico y recibiendo el tratamiento adecuado. Hacer ejercicio y adelgazar también son medidas útiles para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la presión arterial y los niveles de colesterol.
En algunos casos pueden administrarse medicamentos para tratar el síndrome metabólico, pero el médico recomendará cambios en el estilo de vida, tal como seguir una alimentación sana, evitar los dulces y golosinas, dejar de fumar y reducir el consumo de bebidas alcohólicas.
MedlinePlus en español
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/metabolicsyndrome.html